Ladakh y el Himalaya

Ladakh sorprende sin importar a dónde dirijas los ojos. Ven a Ladakh, no podrás permanecer insensible a sus encantos, te abrirá el corazón.
Al norte de Ladakh se extiende el valle de Nubra irrigado por las aguas heladas procedentes de la cadena del Karakórum.
Los sedimentos, recibidos de glaciares continentales entre los más grandes del mundo, forman dunas donde viven camellos a más de 3000 metros de altitud.
En el este de Ladakh, los estrechos valles se abren desde las altas mesetas en las que se encuentran inmensos lagos cuya belleza es enigmática. Puede que tengas la suerte de encontrarte con un grupo de nómadas Changtpa con sus yaks.

Al sur y al oeste se extiende la cadena Zanskar, un desierto de montañas salpicado de algunos pueblos y monasterios encaramados en paredes rocosas que puedes visitar realizando caminatas legendarias.
Los ladakhis son extremadamente acogedores y viven en pequeños pueblos que son verdaderos oasis, enclaves de vegetación en la inmensidad mineral del Himalaya.
Practican el budismo tibetano, cuya belleza puedes admirar durante los festivales organizados anualmente en los numerosos monasterios, o en los que puedes sumergirte si eliges emprender nuestro viaje espiritual a Ladakh.

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